Amanece, despierto, respiración profunda, ubicación del día, arranco la jornada con el pie izquierdo. ¡Descuiden! es mi pie de apoyo, ya se me hizo costumbre, olvídense de la mala suerte, prefiero llamarle mediocridad, negligencia, desgano o valeverguismo. ¡Y bien!, un fin de semana peculiar. Aún no defino si los ojos se abrieron, o si fue la razón. La que está de regreso es la paz interior. ¡Cuánta falta nos hiciste, vos! acomódate, siéntete en casa, la idea es alargar tu estancia por acá. ¡Bienvenida! quédate, ¿sí?. Mientras tanto, la duda sigue latente, ¿Tregua, retirada o abandono? ¡Vaya!, al menos, algo está claro: La lucha escapa de lo tangible, y procura facilitar el desarrollo del Plan. Mañana serán 7 días y sé que algunas cosas no terminan de entenderse. La mente está cansada, la razón desperdiciada. Seguiré dejando que se comunique el amor. Creo que, por el momento, es la única salida. Se ha escrito, Paz.