El blog de @rarc

En el 2002 tuve mi primera experiencia laboral. Creo que ya he escrito al respecto. Me limitaré a decir que sigo desarrollando talento dentro del mismo local. Agradezco a la vida esa oportunidad de trabajar, en mi área profesional, desde el arranque. Sí, cuando llegaba los sábados sin usar calcetines. En el 2007 recibí el cartón, aún no me lo firma el representante de la CSJ, pero eso detalle no ha sido obstáculo para seguir desenvolviéndome profesionalmente. El título académico solo fue un paso. Importantísimo, sí, pero nada más uno. El resto de la carrera apenas inicia. Hoy en día, resuelvo problemas legales de forma independiente. La figura del Jefe desapareció. Bueno, más bien se transformó. La exigencia es la misma. A la fecha no he tenido presión extraña por calidad. Sí por cantidad. Nada fuera de lo normal. He cumplido. Queda continuar la dinámica, mejorar el trato, seguir los hábitos, perfeccionar el procedimiento, satisfacer las necesidades del cliente. Profesional Independien

De niño, recuerdo que llegué a odiar los domingos. La razón: mi padre y el trabajo en casa bajo su dirección. En aquel momento, cualquiera pudo afirmar que la relación con él era lo peor. Y, quizás si lo fue. Claro, nadie es perfecto, yo iba creciendo y él era padre "primerizo" . Su error fue repetir la dinámica con mi hermana. Su virtud: no hacerlo con Gerardo. Sin duda, lección aprendida. Menos mal por el "benjamín". No conocí a mi abuelo. Hablo del padre de mi progenitor. Murió antes de 1982. Por ende, no conocí su interacción. Juzgo la actitud de su hermano, mi tío, y sigo creyendo que el carácter disciplinado y perfeccionista viene heredándose de padre e hijo y así, sucesivamente... Cada domingo, la agenda incluía: Lavar su vehículo y hacer jardinería. Nada raro. Actividad dominical normal en un buen porcentaje de los hogares del mundo. ¡Claro!, es verdad, excepto por el pequeñísimo detalle en mi caso: La forma de actuar de mi padre. Veinte años después, sonrí

No, no me refiero a eso. Y sí, busco dejar clara la razón que me motivó a tirar una directada hace algunos días. No debería consumir energía eléctrica por estas líneas. Pero, acá estoy. Un burro que no termina de entender. Eso soy. ¿Hasta cuándo?. Hace unos años, platicando con el primer amor, le repetía: 3 cosas me desagradan en esta vida: La Mentira, La Injusticia y la Contradicción. Menor de 25 años, empezaba a aprender de la vida. De seguro, en ese momento, se pudo haber aplicado aquello de "El Comal le dijo a la olla". Sí, lo creo y hasta me atrevo a confirmarlo. Pero, llegás al punto en el que te das cuenta que la estás regando. Que hablás, escribís, hasta pensás, pero NO actuas de la "misma forma". Feo. Y empieza a brotar la contradicción. A veces, sin que nos demos cuenta. De ahí viene la incongruencia, la incoherencia y la hipocresía. En fin. Defectos tendremos todos. Está claro. Quizás uno de los míos me hace redactar estos párrafos. Talvez no. Pero, no p

Ayer tuve la oportunidad de interactuar con un par de viejos cheros. Sí, después de más de 4 años de no saludarlos. La interacción cibernética le resta calor humano a la cherada. ¿O exagero?. El Destino y sus particularidades. El punto de reunión: El barrio, en la Médica. No me gusta el café y terminé sentándome en un oasis conocido de ese líquido. No bebí, ni lo haré. Y no, no soy mormón. Preguntas, comentarios, risas y fotografías. Fuimos 4 en aquella mesa. Sobre ésta: 2 smoothie, un capuccino y un Te de frambuesa. El último fue el escogido. Hacía calor. El hielo extra nos hizo bien. 2 mil kilómetros de distancia reducidos a un metro. El cara a cara, las miradas y la picardía en cada línea. Agradezco a Dios la posibilidad. Quizás más la dicha. Situaciones como las de ayer por la tarde deben repetirse más seguido. La sencillez debe seguir acompañándonos. Eso y el trato que nos caracterizó hace 7 años y medio. Un gusto, Francisco e Ingrid. Ojalá la vida nos dé otro chance. Bendiciones.