El blog de @rarc

He dedicado más de 10 años de esta vida al servicio en un mismo lugar. Sí, casi un tercio de los años que pesan sobre mis hombros. Y, sí, exagero con la metáfora. Como casi siempre. Entonces, si fijo la mirada en el retrovisor, me queda agradecer, reflexionar y decidir si el paso externo debe mantenerse o variar. Sí, variar. Pero, ¿cómo? ¿cuándo? ¿a partir de qué? Sin duda, demasiada incertidumbre al frente. Puede que la confianza exista. Prefiero decir mérito. Y consciente del desgaste y lo prescindible, concluyo: agosto se ve lejos, septiembre ni se diga. Julio, guste o no. El paso correcto al segundo semestre. Porque sí. Porque quiero. Porque merezco. 

Levantarse temprano. Cuestión de trabajo. El texto por el móvil adelantó la noche. Un día ajetreado. La tv, netflix y dos horas de entretenimiento. Vicio, hábito, costumbre. Usted defina ese punto. Y si hago a un lado el egoismo doméstico y los excesos de transpiración consecuencia del clima, afirmo: un lunes solidario. Su cierre: un hospital. La salud y el paso de los años. Momentos y lecciones. Porque hacer el bien se facilita en familia. O no. Las costumbres lo expresarán. Entonces, salí de la habitación y me concentré en aquel mensaje. Un cartón pegado a la pared. Un mensaje serio y contundente. La violencia contra la mujer de blanco. Enfermera o doctora. Víctima del acoso laboral. Qué gusto leer esto. En serio.