Nada-Nada
El Principio inventado, con un nombre raro, gracioso. La regla necesaria. El acuerdo trazado. Cómo cuesta apegarse al mismo. Díganmelo a mí, me costó más de 2 meses entender su ejercicio necesario. ¿Razones? El miedo a la respuesta, a la reacción del otro. Uno desea mantener la armonía, la paz, el bienestar, pero equivocadamente engrilleta la opinión. Sacudirse el temor de la confrontación de ideas se vuelve un menester. La mirada a los ojos como muestra de determinación. Prescindible gritar, se trata nada más de exponer lo que piensas o sientes. Simplemente eso. Basta un buen pronunciamiento y un tono adecuado. El resto del trabajo déjaselo a la mente, el corazón y los sentidos. Eso sí, mientras se expresa, concentración en el tema. No se busca convencer, ni imponer, solo dar a conocer. Lo que venga dará pie a otro ciclo de preguntas y respuestas, de ideas y razones. Descabellado creer que se coincidirá en todo. El respeto, el consenso y su imperio. Madurez de pareja. Se ha escrito, P