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Mostrando entradas de mayo, 2014

La cuota

O la pensión. La ley de familia le da su nombre técnico: Alimentos. Puede constatarlo en el Código de Familia vigente. Usted, si gusta, llámelo como quiera. Está en su derecho. Lo importante será seguir "sobreviviendo", digo, comunicándonos. Esa tarde, Atila no quiso subir la pendiente. Aquel andén se convirtió en montaña, con suelo arenoso o balastreado. Caída no hubo, para nuestra fortuna. Un par de minutos de pena, sí. Hasta ahí. Adentro, en la sucursal, busqué una esquina, como de costumbre. Sillas de forro negro hicieron cómoda la espera. A la distancia, la observaba, pendiente de cualquier necesidad, como siempre. Eso sí, desgraciadamente, al hombre promedio (como yo) se le dificulta observar esas necesidades que al solventarlas crean sonrisas, juntan y mantienen unidos. Lástima. Un día aprenderemos. Volviendo al tema, sentado en aquel lugar, lo de siempre: Observar. Bien cerca, una niña amamantada por su...¿tía? Me pareció curioso, hasta que dejó de alimentar a la men

En 2 ruedas

Este 2014 me salió premiado. Enero no fue la excepción. 6 meses y medio después de vender el Aveo llegó Atila.  Sin licencia ni experiencia previa, conduje por dos meses por San Salvador.  Su aceleración automática me facilitó la vida y el paso de un vehículo a otro me resultó práctico, eficiente y sencillo.  Ahora, licencia y tarjeta de circulación en la cartera, no hay retén que atemorice mi circulación por todo el país y más allá.  Debo reconocer que pasar más de 45 minutos sentado en la moto cansa.  Quizás convenga su uso urbano exclusivo. Ya veré.  Mientras tanto, a evitar las colisiones, caídas y barridas.  El mantenimiento preventivo, el buen uso y el trato adecuado permitirá llegar a los 20 mil.  Dios dirá.  El primer obstáculo se verá en el 2019.  Habrá que esperar. Se ha escrito, Paz y Bien.

Inteligencia emocional

Carencia por muchos años. Lo confirmé recientemente. El egoismo impide su desarrollo, pienso. El fracaso en las relaciones sentimentales se convierte en una consecuencia. Se buscan razones, afuera. El ego ciega, desvanece cualquier sentido de responsabilidad. El ser social desaparece. Se acomoda en su burbuja y se dedica a observar desde adentro. Hasta que llega la necesidad de interactuar. Es así, lastimosamente. Pero, en esta vida, casi siempre aparece ese ser que fulmina la mala costumbre. A veces, tarde. Otras, temprano. Un ángel ejerciendo su función. El tiempo lo maneja el Creador. Eso me queda claro. Aprovechar la oportunidad: la idea. Carezca o no, reflexione un rato y autoevalue su convivencia interpersonal. Los frutos hablarán por nosotros. Cierro agradeciendo al Padre, porque el Plan, con sacrificio y todo, sigue su desarrollo. Se ha escrito, Paz y Bien.