En 2 ruedas

Este 2014 me salió premiado. Enero no fue la excepción. 6 meses y medio después de vender el Aveo llegó Atila. 
Sin licencia ni experiencia previa, conduje por dos meses por San Salvador. 
Su aceleración automática me facilitó la vida y el paso de un vehículo a otro me resultó práctico, eficiente y sencillo. 
Ahora, licencia y tarjeta de circulación en la cartera, no hay retén que atemorice mi circulación por todo el país y más allá. 
Debo reconocer que pasar más de 45 minutos sentado en la moto cansa. 
Quizás convenga su uso urbano exclusivo. Ya veré. 
Mientras tanto, a evitar las colisiones, caídas y barridas. 
El mantenimiento preventivo, el buen uso y el trato adecuado permitirá llegar a los 20 mil. 
Dios dirá. 
El primer obstáculo se verá en el 2019. 
Habrá que esperar.

Se ha escrito,
Paz y Bien.

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