Salirse del huacal...
Tengo 28 años de edad. Bueno, casi 29. Agradezco a Dios y le pido la salud y el pan de cada día.
El año pasado, decidí contraer matrimonio. El 10 de Octubre se cumple el primer aniversario. Hasta acá, todo es puro número y cronología. ¡Basta!
Nunca pondría mi vida de ejemplo. ¡Jamás!. Dios conoce perfectamente las razones. Y también algunos familiares y personas cercanas. La verdad, no aspiro a eso. Pero, debo confesarlo, no termino de entender por qué por ratos siento desperdiciada buena parte de mi juventud.
Insisto, busco una explicación lógica, una respuesta coherente que saque de mi cabeza la idea que debí tomar, de vez en cuando, el camino "ancho". Talvez, haciéndolo así, a esta altura del "partido", esas ganas de "probar" y jugar con fuego serían historia. Quién sabe.
Desde niño, la orientación me movió sobre un camino. El placer y la satisfacción a su debido tiempo. Todo, paso a paso, según el "manual". Debo decirlo, me acostu