Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2011

Salirse del huacal...

Tengo 28 años de edad. Bueno, casi 29. Agradezco a Dios y le pido la salud y el pan de cada día. El año pasado, decidí contraer matrimonio. El 10 de Octubre se cumple el primer aniversario. Hasta acá, todo es puro número y cronología. ¡Basta! Nunca pondría mi vida de ejemplo. ¡Jamás!. Dios conoce perfectamente las razones. Y también algunos familiares y personas cercanas. La verdad, no aspiro a eso. Pero, debo confesarlo, no termino de entender por qué por ratos siento desperdiciada buena parte de mi juventud. Insisto, busco una explicación lógica, una respuesta coherente que saque de mi cabeza la idea que debí tomar, de vez en cuando, el camino "ancho". Talvez, haciéndolo así, a esta altura del "partido", esas ganas de "probar" y jugar con fuego serían historia. Quién sabe. Desde niño, la orientación me movió sobre un camino. El placer y la satisfacción a su debido tiempo. Todo, paso a paso, según el "manual". Debo decirlo, me acostu

Manitas sucias...

A diario abordo el bus. San Salvador, la ciudad más transitada. El cambio de domicilio hizo retomar la ruta 101-D. Subo y no saludo. Debería. Debo acostumbrarme. Entrego el "pasaje" , paso la maquinita y busco espacio vacío. Si hay, me siento. Sino, toca "agarrarse" bien. Ya sentado, unos bajan, otros suben. No falta aquel que va tarde. Que le pide al motorista que apure la marcha de la unidad. Que se atreve a insultarlo o a golpear el bus, desde su asiento. Cositas. Durante la marcha, pasan comerciantes, payasos, limosneros. Y para tristeza de muchos usuarios, también delincuentes. En fin, cada viaje lleva esa pizca aventurera de la que varios ya nos acostumbramos. Esta vez, me detendré a comentar el paso de los niños en la máquina "contadora" y lo que hacen algunos padres o responsables que los acompañan. Nunca me ha gustado ver su paso por la contadora. Me agradaría tener más plata y así evitar que los niños se "agachen" y toquen con sus ma

Reflexiones de un Adicto...

El Twitter, por ratos, domina mi vida. Sí, suena trágico, pero, en muchas ocasiones, es la triste realidad. Mi esposa, con justicia, se queja. Casi siempre. Hace unos días, llevé la Red Social a mi teléfono móvil. Error. Al principio, me gustó. Pero, la ausencia barata de "reply " me desmotivó. Lo social implica interacción con más seres. O sea, con más cabezas. Y si cada cabeza es un mundo, ¡Imagínense! El sentido común, de pronto, se vuelve necesario. La incertidumbre por el trato correcto y/o adecuado, la pone color de hormiga. Ni hablar del " qué dirán ". Aceptémoslo, casi todos arrancamos temerosos. Y adentro, llega la hora de tomar decisiones. Todavía se pregunta usted porqué existen tantas cuentas sin identidad definida. Yo, no. La respuesta es sencilla: Los Alter-Ego. No me detendré a reflexionar sobre algunos "casos" que he conocido en la tuitósfera. Recuerdo, con cierto agrado, cuando alguien hablaba de un cártel. Todavía sonrío al

Viernes y Merliot...

Hace algunos días, conociendo a una tuitera, visitamos el negocio de sus padres. Era viernes, noche lluviosa, andabamos 5. Buena compañía, debo reconocerlo. Pasamos la tormenta en un Centro Comercial. No todos lograron escapar del agua. Cosa rara, dejé la ventana del vehículo abierta. Error. Consecuencia: pantalones del copiloto húmedos. Casualidades: mi esposa y mi primera novia, juntas en un mismo salón de belleza. #Cositas Seguía siendo viernes, la lluvia cesó y decidimos partir del Centro Comercial. Destino: no tan definido. El impulso tuitero nos llevó hasta el lugar. ¡Ah!, y el Chevro, pues. En el lugar, lo de rigor, saludo, bienvenida y, ¡oh! sorpresa: más tuiteros. De pronto, eramos 10, sin querer queriendo. Me encantan esos "encuentros" , bien de la nada. Plática, fotografías y pan. Sí, pan dulce. Riquísimo. Es de darse otra vuelta por ahí, me queda de deber. Debo reconocerlo, la pasé bien. Una amistad más, por cierto, llena de DEMASIADAS coincidenci

¡Buenas! ¿depositaste?

Leí hace varios meses que, en este país, circulan por sus calles más teléfonos celulares que ciudadanos. ¿Posible?. Pues, sí. Pero, que conste, no he dicho en uso. Sin embargo, me atrevería a afirmar que hay más líneas móviles que habitantes. Sáquenme de la duda, señores de la SIGET. #Solamente Y bien, el otro día iba caminando sobre la 5 Ave. Nte., me dirigía a la oficina. Los zapatos en uso no aguantarán otro invierno. ¡Apuesta segura!, como diría Raúl. 4 años soportando la inestabilidad de mi peso. Es justo su cambio. Curioso, su par de reemplazo se empolva en la zapatera. ¿Cambiaré de actitud algún día?. Lo dudo. La austeridad y el "antimaterialismo" devora mi personalidad. #Cositas Aquella mañana, no llovía, eran casi las 11 de la mañana, sudaba la camiseta blanca y el "Malibú-PlayBoy" apenas lograba su cometido. Triste, la verdad. Y pasando frente al restaurante "La Última Luna" , un transeunte inició una llamada por celular, con la f

Desgastes Colectivos

El bus y sus anécdotas: la de nunca acabar. Me desestresa abordarlos a diario. Debo admitirlo. Despreocuparme por el parqueo, la seguridad y las infracciones al Reglamento, aliviana la vida. Deben probarlo. ¡Claro!, como todo, requiere costumbre. Te olvidas del volante, si alguna vez conduciste. Sino, simplemente te sientas y listo, pendiente nada más de tu bajada. Y sí, de pronto, viajar entre tantas personas se vuelve inseguro e incómodo. La clave, como casi todo en esta vida, está en la actitud. He dado algunos consejos para facilitarse el uso del transporte colectivo. Acá puede leer un poco. Probablemente, el cuello de la camisa termine más sucio y los zapatos se desgasten y/o arruinen fácil y rápido, pero, debo agradecer al Sistema de Transporte Público esa posibilidad de llevarme, de un lugar a otro, gastando un 5% de lo que consumiría en combustible. Sí, el medio público tiene muchas deficiencias. Seguridad, Maltrato y Comodidad son 3 piedritas en cada asiento del bus o

A conciencia...

... debí redactar esta entrada, pero, la agenda no da chance. La verdad. 2 semanas en la casa de mis padres. Las discusiones, casi nulas. No, nunca fuí un hijo problemático, pero, la vida te da sorpresas, ¿no?. Heredé el carácter de mi padre. A veces, soy testarudo. Defiendo mi postura y opinión con dientes apretados. Reconozco mis pinceladas de egoismo, trabajo a diario en la reingeniería de mi actitud. Lo intento, la verdad. Papá dice sentirse bien, mamá expresa estrés, cansancio psicológico, apuros financieros. Yo, escucho con atención cada plática, intentando exprimir mensaje e hidratar el alma. Estos días, sin duda, serán nutritivos. Física, moral y emocionalmente deberá haber crecimiento. Caso contrario, perderé mi tiempo. El nuestro. No puedo permitirlo. Interacción con mis hermanos. Acercamiento, apoyo, conversación. Justo y necesario. Un par de penas en el corazón, me hacen meditar. El tiempo transcurre y debo decidirme. Sí, por la paz. ¿Debo seguir "preocup