Llegar tarde, ¿o de último?
Como marca registrada, desde el día que mi madre dio a luz a su primogénito. El reloj de la sala de partos marca las 20 y 20. Día y mes con su significado de cierre, de último, de tarde. La infancia y ese aviso tardío del maltrato doméstico. El primer día en el colegio y el retrasadísimo corte del cordón umbilical. La lentitud pronunciada en el desarrollo físico. Mi número en la lista de estudiantes por sección. El primer noviazgo casi a los 20. La determinación final frente al llamado. La escogitación de la carrera y la universidad. La salida del examen de admisión. Los días de parciales y de entrega de trabajos grupales. Mi presentación el día del examen final de la carrera. La graduación un año y medio después de lo debido. La ubicación en la fotografía de grupo. Ahora, vos me recuerdas que en tu vida he llegado así, tarde. Y yo me pregunto: Tarde ¿o de último? La vida y sus lecciones de difícil asimilación. Cuenta conmigo. Se ha escrito, Paz.