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El ejercicio de la democracia en la República de El Salvador, durante los últimos diez años, intenta dar los primeros pasos. El país ya "gateó" suficiente. Rodillas y manos en el piso, impotentes, se sufrió abuso, arbitrariedad, represión, acuerdos oscuros "bajo la mesa" y una guerra civil.
Usted vota, sí, otro derecho fundamental mas reconocido en nuestra Constitución. Pero, hasta hace 4 años, nos tocó sujetarnos a una "terna". La elección no se daba sobre personas. Imposición de varias décadas.
Y no bastó con la llegada del Tribunal Supremo Electoral. Pareciera que las "reglas del juego" se negociaron con calma y poca buena fe en Ayagualo, Sesori, San Salvador, La Palma y, por qué no, hasta en Chapultepec, México.
La elección por rostro tuvo que aparecer por el ejercicio de la jurisdicción constitucional. Pero, confiar de la buena fe detrás de los mal llamados "4 fantásticos" sería, como mínimo, negiglente e irresponsable. La nueva "regla" electoral casa perfectamente con las normas del mercado. ¿Compra y venta de "rostros"? Lo dicho. Concluya por su cuenta.
El próximo año, precisamente el 3 de febrero, se realizarán las elecciones presidenciales en este país. 3 partidos políticos y una coalición de los mismos (de siempre), han definido a sus candidatos para presidente y vicepresidente, compitiendo por el mandato detrás del Organo Ejecutivo para los próximos cinco años.
A menos de 40 días para celebrarse los comicios presidenciales, pueda que usted ya haya definido por cuál de los candidatos votará. Esta vez tendrá que marcar la bandera cuyo partido lo postula. No espere ver rostros. Ni que la papeleta sea de grandes dimensiones.
Ojalá que usted ya conozca las propuestas, planes de gobierno y proyectos presidenciales de su candidato favorito. Aunque, honestamente, sigo pensando que la Constitución y la Ley ya define buena parte del camino. A veces, solo queda recorrerlo. ¿Qué dice? Reflexione.
Y si se vuelve necesario reformar la norma, porque las circunstancias y el tiempo lo ameritan, será otro Organo el que deberá intervenir. Cuestión de pesos y contrapesos. Simple y claro, en este país, como su horchata de morro. ¿No?
No se quede sin votar.
Democracia participativa.
Democracia participativa.
Rafael A. Rodríguez C.
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