Inocentes
Hasta demostrar debidamente lo contrario. Creo. Apoyo. Comparto. Defiendo esta postura. Un principio constitucional. Y la práctica me da la razón. Hoy tocó defender a un ex-compañero. A pura indirecta, un cliente con actitud especial, habló mal en su ausencia. Y no, hoy no les voy a decir que jamás lo he hecho. Lo reconozco. Da vergüenza. Pero, sin enfocarme en el arrepentimiento personal, esta vez quiero compartir con ustedes lo que puede identificar como "compañerismo". Y no, no vendo la idea como un ejemplo a seguir. Usted decide. Hoy tocó abogar por el trabajo de otros. Consciente del esfuerzo, sacrificio y remuneración. Puro equilibrio material e intelectual. Pueda que ellos aún no tengan sello, como yo, que sus carreras técnicas y universitarias hayan quedado inconclusas; PERO, la verdad, en estos casos, a mi me basta la actitud. Y ellos demostraron contar con esta. De sobra. Hoy solo faltó fijar la mirada. Las palabras justas llegaron. Ojalá el mensaje también. Pronto, con carnet y sello, podré darme gusto defendiendo al inocente. Me divertiré. Estoy seguro. Bendito el "altavoz", la espada con filo usada esta tarde.
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