Dulce reciclaje
Esta mañana, acompañando al ser amado en sus quehaceres laborales por su estado de gravidez, tuve la oportunidad de estar en calle Loma Linda y Pasaje Número 2, cuando iba pasando un señor con dos grandes sacos en los que cargaba un buen número de envases plásticos. Cuando lo vi, recordé que en el vehículo en el que me transportaba habían tres recipientes. Por eso fui, los busqué, los encontré y se los dí. El de vidrio no quiso tomarlo. Por la naturaleza misma del material. Se llevó solo los dos de plástico. No recuerdo si agradeció. De todos modos, el del mérito es él no yo. El plástico es un material que, si mal no recuerdo, deriva del petroleo. Su uso diario se ha masificado por lo práctico y conveniente. El comercio de las bebidas y algunos alimentos lo prefiere sobre el vidrio. Aunque la calidad y el sabor del producto disminuya al "preservarse" en este material. Sigo esperando ese decreto legislativo que nos obligue a TODOS los salvadoreños, ciudadanos o no, a reciclar el plástico. Admiraría la comuna que por ordenanza municipal diera ese primer paso. Mientras tanto, busquemos el destino más adecuado a tanto envoltorio o recipiente plástico.
Se ha escrito,
Paz y Bien.

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