¡Vaya!, para el pasaje...
Esta mañana, mientras terminaba de adecuar la humanidad en uno de los búnkers, una de las compañeras de labores me contaba una anécdota. Jaja, una forma diplomática de llamar al "chambre" ¿no? Bueno, ella me decía que uno de los ordenanzas se queda con los vueltos y pide de más a la hora de ir a la tienda. A mí no me crean. Por aquello de la calumnia, evitaré mencionar nombres. Una práctica curiosa, sin duda. La necesidad dirán algunos. Las malas costumbres, dirán otros. Me quedo con una mezcla de ambas. Por conocimiento, pues. El dinero, por estrategia nazarena, pasa como chero. De aquellos descuidados, con quiénes el "update" supone 5 ó 10 años de vida. Así, para que se hagan una idea. Muchos, idólatras aparentes del mismo, concentran su mente, corazón y vida en su búsqueda y obtención. Olvidando, muchas veces, la necesidad que motivó su tenencia. En fin. Ya me salí del tema, para variar. Nada raro. Cierro así: Aquella señora a la que le "serví" almuerzo, minutos antes de ingerir los alimentos, colocó un billete de a cinco que encontró en uno de los pantalones que uso y que iba a lavar, y me dijo: "¡Vaya!, para el pasaje". Como dirían los "mormones": "La honestidad, pásala".
Se ha escrito,
Paz y bien.
Se ha escrito,
Paz y bien.
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