Dos...
...y dos son cuatro, dice la canción,
disculpa, aún anda débil el corazón,
hoy, faltó el abrazo, el beso, la visita,
llegará el día que no se requiera cita.
Mientras tanto, la pena del deber no cumplido,
lo de hoy pretendía ser sencillo, me dijo tu madre,
el regalo y los cariños de la familia de tu padre,
pastel, juegos y primas...¡Divertido!
No faltó la sonrisa, el grito, tu alegría,
esa que se lee en tus ojos y tu sonrisa,
y aunque tus palabras no nos muestren prisa,
tu conducta, actitud y razón lo traducen día a día.
El calendario marca el 3 de septiembre
a la fecha, segunda alegría del año,
este 2013 con la moda del amaño,
la tercera, Dios mediante, en diciembre.
Doce meses, varias fotos, todas compartidas,
la mayoría retratando felicidad en las salidas,
disculpa, por paz y armonía, debí borrarlas,
pregúntale a tu madre, si quieres mirarlas.
La piñata, sus dulces y tu posición frente a un payaso,
la ausencia de empatía frente al ruido molesto,
me animaron al extremo de darle un puñetazo,
y borrar en ellos cualquier pretexto.
El gozo en Zanzibar al verte caminar,
desafiaste victoriosa a la fuerza de gravedad,
en Simán Galerías me demostraste tu movilidad,
y la camiseta de Jake, con gusto, me tocó comprar.
Nuestra interacción, como la de 2 novios adolescentes,
con el permiso de tu madre y la incomodidad del progenitor,
convivimos, por el momento, solo los findes,
en la sala de tu casa, o con Mater, Rayo y Bob el constructor.
Las escenas tristes cuando toca acompañarte al hospital,
las terapias, el nebulizador y las visitas a la farmacia,
las carreras y la tristeza frente al compromiso laboral,
alargaban con comodidad cualquier distancia.
Del pañal tres al cinco, de la pacha a la pajilla,
Del Gymboree al parque de la colonia y la silla amarilla,
Crecimiento fortificado con alimento y fórmula,
desarrollo futuro asegurado sin necesidad de tómbola.
Contigo, sin duda, Dios es bondad y lección,
el "sparring" necesario, ante el proyecto de vida,
la señal fehaciente del deseo y su acción,
su presencia, la paz y la bendición recibida.
Los paseos y las aventuras en los centros comerciales,
los apuros a la hora de cambiar el pañal desechable,
penas y angustias de superación memorable,
como cuando la gymbolera se quedó sin pañales.
Si al leer estas líneas por su mensaje te sonroja,
busca chocolate, dos tazas y una milhoja,
prometo recordar más detalles olvidados,
y que en este poema no he dejado plasmados.
Un abrazo y un beso, esta vez virtual,
Dios mediante el próximo año cambiaré el ritual,
Dos y dos son cuatro...repite la canción,
y aquello del Plan sigue en oración.
¡Felicidad y dicha!
Tu amigo, Ralf
PD: Tu regalo viene desde Paris, en diciembre, si Dios lo permite.
El calendario marca el 3 de septiembre
a la fecha, segunda alegría del año,
este 2013 con la moda del amaño,
la tercera, Dios mediante, en diciembre.
Doce meses, varias fotos, todas compartidas,
la mayoría retratando felicidad en las salidas,
disculpa, por paz y armonía, debí borrarlas,
pregúntale a tu madre, si quieres mirarlas.
La piñata, sus dulces y tu posición frente a un payaso,
la ausencia de empatía frente al ruido molesto,
me animaron al extremo de darle un puñetazo,
y borrar en ellos cualquier pretexto.
El gozo en Zanzibar al verte caminar,
desafiaste victoriosa a la fuerza de gravedad,
en Simán Galerías me demostraste tu movilidad,
y la camiseta de Jake, con gusto, me tocó comprar.
Nuestra interacción, como la de 2 novios adolescentes,
con el permiso de tu madre y la incomodidad del progenitor,
convivimos, por el momento, solo los findes,
en la sala de tu casa, o con Mater, Rayo y Bob el constructor.
Las escenas tristes cuando toca acompañarte al hospital,
las terapias, el nebulizador y las visitas a la farmacia,
las carreras y la tristeza frente al compromiso laboral,
alargaban con comodidad cualquier distancia.
Del pañal tres al cinco, de la pacha a la pajilla,
Del Gymboree al parque de la colonia y la silla amarilla,
Crecimiento fortificado con alimento y fórmula,
desarrollo futuro asegurado sin necesidad de tómbola.
Contigo, sin duda, Dios es bondad y lección,
el "sparring" necesario, ante el proyecto de vida,
la señal fehaciente del deseo y su acción,
su presencia, la paz y la bendición recibida.
Los paseos y las aventuras en los centros comerciales,
los apuros a la hora de cambiar el pañal desechable,
penas y angustias de superación memorable,
como cuando la gymbolera se quedó sin pañales.
Si al leer estas líneas por su mensaje te sonroja,
busca chocolate, dos tazas y una milhoja,
prometo recordar más detalles olvidados,
y que en este poema no he dejado plasmados.
Un abrazo y un beso, esta vez virtual,
Dios mediante el próximo año cambiaré el ritual,
Dos y dos son cuatro...repite la canción,
y aquello del Plan sigue en oración.
¡Felicidad y dicha!
Tu amigo, Ralf
PD: Tu regalo viene desde Paris, en diciembre, si Dios lo permite.
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