Invitación onerosa
Hace diez días, aproximadamente, mientras caminaba hacia la parada de buses, en el suelo me encontré un "brochure" doblado y tirado como desperdicio o basura en la acera. Llamó mi atención los colores y dibujos en aquel papel especial.
Al tomarlo me di cuenta que se trataba de un intento más de la comuna capitalina, por dar a conocer los eventos principales en el marco de las fiestas agostinas en este 2013. Bastante detalle y colorido, insisto. Información precisa de los actos festivos en honor al patrono del país, el divino Salvador del Mundo.
El producto publicitario se habría perdido, de no haberlo recogido. De paso, contribuí en el aseo del cantón. La alcaldía se toma la molestia de invitar a la población capitalina, para que participe y celebre sus fiestas. Las cuales, se entiende, son patrocinadas por todos aquellos ciudadanos que cancelan, mes a mes, la cuota que corresponde a "Celebraciones y Fiestas Municipales".
No voy a criticar los festejos de este año. Creatividad, música, tecnología y entretenimiento, para grandes y chicos, en distintos puntos de la ciudad. Lo reconozco, se notó la planificación y el trabajo en equipo. Pisto, de seguro, hubo. La contribución es gigantesca, aunque el gasto también.
Y ya que lo menciono, surge la pregunta: ¿Cuánto se habrá gastado para preparar la cancha donde jugó la Selecta de Playa? ¿Cuánto costó el "carnaval" sobre la Rooselvelt? ¿Se habrá percibido algo de los circos, negocios de comida y bebidas y juegos mecánicos de la Fería Don Rua?
Si usted tiene una idea, compártalo. Mientras tanto, seguiré pensando que pudo ahorrarse algunos dólares con una invitación más sencilla. Agrada notar la ausencia de distintivos partidarios en la misma. Acá se la dejo, juzgue usted...
Se ha escrito,
paz y bien.
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