¿Bajé?
La verdad, no lo sé. Cada día que pasa, sin conflicto ni exabruptos, me confirma dos cosas: El pedestal era -es- muy alto y mantenerme arriba me impidió admirar tu sonrisa y tu mirada. Grave error. Su rectificación sigue en proceso. Mientras tanto, surge la interrogante: ¿Bajé? ...A veces, concentrado en los detalles de la interacción, concluyo negando tal situación. Digo, la ausencia de conflicto no es sinónimo de descenso. Y, aunque suene extraño, éste también es un proceso, el cual requiere de la actitud y la voluntad de ambos, a diario. Luego, siendo optimista comparo el avance con la construcción de una escalera, con la que pretendo pisar tierra y avanzar de la mano contigo. El objetivo sigue ahí, no se pierde de vista. Piedra sobre piedra, mezcla entre la piezas, desafiando la gravedad se construye de arriba a abajo, reconociendo que solo es un medio. Mantenerse arriba sigue siendo una postura injustificada. Poco a poco, la idea se confirma y sella en mente y corazón. Al final, qué agradable es ver la luz en tu rostro, quiero retar mi vista con tu resplandor cada mañana, paso a paso.
Se ha escrito,
Paz y Bien.
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