Teclas a Dios

El sábado pasado, por acuerdo con un chero de la parroquia, pasé a la tienda de instrumentos musicales donde trabaja y adquirí un teclado. No me detendré a describir las características del mismo. Tampoco les mentiré diciéndoles que sé tocarlo. Pretendo aprender poco a poco. La compañía de la guitarra facilitará las cosas. Estoy seguro. Mientras tanto, el instrumento sigue en su caja, porque pocas horas después de su compra, y luego de haber saludado al vendedor, le hice una promesa al Padre: Lo saco, tranquilo, si se libra de la muerte. Sigo esperando, confiando en la buena voluntad de los médicos, los avances tecnológicos y la conveniencia de la intervención quirúrgica. Dicen que vivir medicado es incómodo y muy costoso. Percibo más lo segundo. Lo creo. Y, como dije antes: Por conveniencia. Desconozco con exactitud si ya pasaste al quirófano, pero, que quede constancia: Desde acá, pendiente de tu recuperación. La música puede esperar.

Se ha escrito,
Paz y Bien.

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