A cora los chicles clorets

Seis y cuarenta y cinco de la mañana de domingo. La alarma del despertador demostró una vez más su ineficacia, a pesar de haber subido el volumen. La dificultad en la tarea del aparato aumenta por el desvelo en la noche anterior.
Conociendo la agenda, busqué salir lo más pronto posible de la casa de mis padres, hasta que leí su mensaje de texto y decidí bajar las revoluciones. La oportunidad de asistir a misa por primera vez se volvió tangible, cercana, posible.
Pero el relój no ayudó. Tampoco la confusión por el punto de reunión. Un tanto incómodos, emprendimos el viaje hacia Catedral. No sé si vale la pena mencionarlo, pero la bajada al Centro Histórico de S.S. no fue un viaje grato. Para ambos, creería. En fin, es historia y experiencia.
Ya sobre la avenida España la decisión por el parqueo. Dos opciones: Morazán y Catedral. Elegimos la segunda. Luego, subimos las gradas e ingresamos a aquel lugar. Esta vez por un costado del principal templo católico en la capital. Y aunque vestías de blanco, no fue esa la entrada que sin duda alguna jamás olvidaré. Pero, mejor no sigo, porque la sal está muy barata y casi en cualquier parte la ofrecen. No vaya a ser.
Pasaste primero al corredor derecho del lugar santo y decidiste sentarte en las gradas. En esta ocasión, no tuve el valor de acompañarte. Tampoco el ánimo. Quién lo diría, nuestra primera vez en misa, tarde, sin variar el Libreto, pero, juntos (hasta donde mi pena me lo permitió), lo más importante.
Por finalizar la Liturgia de la Palabra, abandonamos el templo. La plática en el atrio, la espera de la conferencia y la llegada de tus colegas. Sé que mi actitud dejó mucho que desear esa mañana. A Dios gracias no pasó de las 10.
Casi a las nueve y media, pasaste al salón de conferencias.  Te esperé sobre la Avenida Mons. Romero, a un costado del Teatro Nacional. Decidí caminar, me crucé la Segunda sobre el paso peatonal y caminé hacia el parque "Morazán", intentando conocer el sentido de las calles para llegar al parqueo. Lo logré. ¿0.75$ la hora o fracción? ¡Vaya! así dan menos ganas de visitar el Centro Histórico, ¿no creen?. Por más estacionamientos de precio cómodo -Te rogamos, Señor-.
Mientras caminaba gente sentada en los parques, expectantes, en descanso, dejando pasar el tiempo; representantes del Movimiento "Un Nuevo Pais" pidiendo firmas a los transeuntes; los empleados de la AMSS barriendo las cunetas capitalinas; vendedores y carretas ambulantes con mercadería; tráfico de domingo por la mañana; feligreses y no creyentes; el olor del orín en la pared y acera; basureros en mal estado; palomas de castilla; la microempresaria en la venta de medicinas, desafiando la Ley General de Medicamentos; y los agentes del CAM en cada parque. Tanto por ver y por decir. No pretendo aburrir.
Una hora y media después, mientras el sol hizo que me pasara a la acera de enfrente, apoyado en la pared del teatro te ví salir de aquel lugar. Llegó la hora de partir, la conferencia con Mons. Escobar Alas había terminado.

Se ha escrito,
Paz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

#HastaPronto

Propósitos 2024

#Ex