Agregar como amigo #Cositas
Hace unos días, sentado en una tienda "de conveniencia" en una gasolinera en Santa Elena, mientras bebía Kolashanpam y comía una galleta Riviana, esperando el fin de la jornada laboral de Lourdes, me tocó escuchar a una pareja de novios discutir en aquel lugar.
Él, mientras comía un sandwich y bebía té helado, escuchaba atentamente a ella, quién parecía disgustada en ese momento. La razón, la desconozco. Hasta ahí no llegó mi curiosidad. Yo llegué primero y me senté en el lugar de siempre. Ellos, a pesar de haber otras mesas, decidieron sentarse e ingerir sus alimentos al lado mío. Eso y el tono de su voz facilitó la transmisión del mensaje.
No pretendo describir todos los detalles de aquella plática. Es más, a estas altura ya olvidé buena parte de éstos. En esta ocasión, tomaré uno que llamó mucho mi atención, porque, sin duda, se convierte en el "pan de cada día" de los noviazgos actualmente.
Me refiero a las llamadas "Redes Sociales", específicamente a Facebook.
Aquella noche, la muchacha le decía a algún familiar que ya iba "camino a Santa Tecla", taconeando el piso del On the Run "Madreselva", él continuaba masticando su pan. En una de esas, ella le dijo a él: "Sabés que fulanita no agrega a sus amigos a mi ex, porque teme que vos te enojés conmigo".
¡Increible! cuánto significado puede otorgársele a uno o dos "click" en FB. Los celos y su ejercicio en el ciberespacio. Prohibiciones irracionales, dudas e incertidumbres por interacciones privadas a través de "inbox", las fotografías, los "likes", los comentarios de los conocidos, la lista de "amigos" y la configuración de acceso para unos y otros.
Esta red social se presta para tanto. Ni hablar del chat y la posibilidad de interactuar a través del video. En fin, la moda en las relaciones interpersonales. Me queda en duda si se pueden seguir llamando así.
Y sí, lo confieso, aquella plática fue el reflejo oportuno de una actitud inadecuada, egoista, intolerante y soberbia. Las barbas en remojo, el Deber Ser. Confianza y seguridad, es todo. Su ausencia erosiona sentimientos, desgasta psiquis, maltrata corazones.
Comunicación, voluntad y amor. Sí, el amor en tiempos del Facebook.
Se ha escrito,
Paz.
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