2 de hidrógeno...

Y uno, del poco oxígeno que queda. Bueno, sí así se le puede llamar al CO2 que respiramos a diario en este país.
No, no quiero ser solo un quejista más. Planteo como primera acción necesaria MULTA y DECOMISO de unidades de transporte con mal mantenimiento, que, a sabiendas de la autoridad competente, andan repartiendo gratis contaminación en el aire.
Me gustaría enseñarles a diario cómo quedan mis pañuelos al buscar evitar que se me manche el cuello de la camisa. Triste, la verdad, muy triste. ¿Hasta cuándo?. La pregunta de siempre.
¿Será tan difícil ($) darle mantenimiento a esos dinosaurios metálicos. De fábrica, no producen tanto humo, ¿qué les hará falta?.
A veces, me gustaría saber un poco más de mecánica automotriz y discernir al respecto.
Un tío que vive en el extranjero se extraña tanto al ver esa nubes negras detrás de la mayoría de unidades. Lamentable.
¿Y nos debemos quedar de brazos cruzados?. La verdad, no lo creo. Reforma al Reglamento de Tránsito y aplíquenles la Ley a estos seudo empresarios de transporte.
A veces, la costumbre nos detiene y nos pone una venda en los ojos (y en la mente). ¿Por qué?, ¿Será cuestión de comodidad?, ¿Egoismo?, ¿Valeverguismo?. Qué opina usted, amable lector(a).
Sigo creyendo que se requiere un cambio de actitud, motivados por sentimientos fraternos y solidarios. Caso contrario, sigamos viviendo entre basura, irrespetando las leyes de la naturaleza y las plasmadas en papel. El destino será el mismo y no tardaremos mucho en caer en ese oscuro abismo.
Y sí, para variar, me salí del tema. Les venía a hablar sobre el agua, el vital líquido como le llaman muchos. Ese del cual está compuesto buena parte de nuestro organismo.
Ya dije su composición química, y ahora, ¿qué me falta?. Su presencia en la vida es fundamental. Para beber, lo principal. Para hidratar la tierra y facilitar cosecha, entre lo secundario. De ahí, una serie de actividades que van desde mover grandes piezas de materia para generar energía, hasta para llenar la piscina de los niños y ponérselas en el patio de la casa, los días de verano.
En fin, el agua, tan presente en nuestras vidas. Hace unos días, una conmemoración importante. Debemos hacer más. La iniciativa con el proyecto de Ley no deja de se un paso, pero, insisto, se necesita más. Un nuevo pensamiento, una nueva actitud, ya lo dije. Justo y necesario.
Si viviera solo, no echaría el agua al orinar. Con una mujer en casa, eso no es posible. Bueno, sí, es posible, pero no es tan higiénico. Soltero, preferiría lavar bien el interior de la taza por la acumulación de orín, a realizar la descarga del tanque por una vez frente al inodoro haciendo del 1. Dicen que son 12 litros los que se utilizan en esta acción. Potable o no, me parece un uso perdido. Deberíamos profundizar en los estudios sobre las cualidades del orín y, de ser posible, darle un uso distinto.
A lo mejor estoy divagando entre lo imposible, no lo sé. Hagamos un mejor uso del agua, uno pensante y racional.

Se ha escrito,
paz.

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