"Como la Jovita..."
Esta mañana, respondiendo a un "tuit" de mi TL (Timeline), la receptora de mi respuesta me correspondía describiendo entre otras cosas el título de esta entrada.
No dejó de causarme gracia su comentario, tampoco es la primera vez que escucho/leo ese mensaje.
Dentro del ambiente jurídico del país, el nombre "Jovita" guarda consigo varios sinónimos, de los cuales preferiría mencionar 2: "Trabajo Barato" y "Maquila Jurídica".
Tuve la oportunidad de conocer el ambiente laboral del Condominio Tequendama, lugar donde, se supone, empezó a darse a conocer la Licenciada Jovita Alvarado (ojalá no me equivoque con su apellido).
No recuerdo haber visto en el "Tequen" una larga fila de clientes esperando ser atendidos. Tampoco recuerdo que alguien me haya preguntado dónde quedaban las oficinas de la Licda. Jovita.
Es más, pasé casi 2 años y medio sin saber en qué edificio del condominio estaba ubicado su Despacho.
Sin embargo, la fama de su persona crecía y crecía, llegándose a relacionar su nombre con los traspasos de vehículos.
Lastimosamente, y según lo que dicen algunos, su fama le llevó a restarle cuidado a la legalidad de sus actos, a tal grado que se dice que se vio involucrada en procesos de suspensión temporal del ejercicio del Notariado.
Cierto o falso, solo ella y las Secciones de la Corte lo sabrán.
En la actualidad, su despacho se ubica en uno de los locales del Centro Comercial Metrosur, atendiendo a sus clientes en cómodas y espaciosas oficinas, por doce horas, desde las 7:30 AM, si mi memoria no me falla.
Y no, no es publicidad gratuita, pero, usted, tómelo como guste.
A 4 días de la elección de candidatos para Magistrados, por parte del Gremio de Abogados -donde aún no me incluyo, desgraciadamente- es curioso ver la preocupación de muchos por la competencia "desleal" que existe, según ellos, entre muchos profesionales del Derecho. Y responden indignadísimos al comparar y cuestionarles sobre sus honorarios.
Por ahí escuché que entre los proyectos de acción de algunos candidatos se incluye la elaboración de una "tabla mínima de honorarios", con el objetivo de evitar la migración de clientes de su bufete al de otros colegas.
¿Egoismo profesional? No lo sé. Sigo creyendo que quién debe definir lo que pretende cobrar es aquel que realizará el trabajo.
Usted tendrá su opinión, amable lector. Yo, sigo agradeciéndole a Dios por tener un medio de subsistencia y la fuerza para desarrollar la labor, acá, en la maquila.
Se ha escrito,
Paz.
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