Ciento uno...
A, B, C, hasta hace 6 años, y D.
Daniel Rucks parodió más de un año, llamándole indirectamente: La Ruta de la muerte.
Por cuestiones de trabajo, viajo seguido en la A, ya sea via Shell (debería ser Vía Uno), o "Delicias, Directo". Y sigo creyendo que las "reformas" en el Sistema Nacional de Transporte Público fueron "llamarada de tuza", porque el motorista mantiene la utopía en la petición diaria, en horas pico, solicitada con el ya conocido: "Pasemos para "enmedio", ahí va vacío".
¿Será que este tipo NUNCA fue usuario del transporte público?.
Es decepcionante la aplicación de las reformas a la realidad del transporte público en este país.
Debo reconocer que no se aplica en todos los casos. Me consta que muchos buses "interdepartamentales" respetan los límites y se conducen con respeto y civismo.
Sin embargo, se habló de una revisión a la velocidad de las unidades y yo sigo creyendo que se abusa de los límites asignados en el trayecto entre Santa Tecla y San Salvador, por la carretera Panamericana. Solo por poner un ejemplo.
Ni hablar del tema de sobrecargar las unidades. El incumplimiento se hace más evidente entre 7-8 de la mañana, y 5 -7 de la tarde.
Triste. Me pregunto, ¿hasta cuándo?
Sigo pensando que la solución está en la educación-cultura, la "psiquis" y la voluntad del motorista de la unidad. Sino, pongámonos a pensar un momento en lo siguiente:
El define si "parar" en cualquier sitio para subir o bajar usuarios, o hacerlo SOLO en los lugares asignados.
El define si lleva la unidad bajo el límite máximo de velocidad o se deja llevar por la adrenalina y la euforia.
El define si se estaciona en la "parada" solo el tiempo necesario, o se queda a obstruir el paso de los otros vehículos por más tiempo.
El define si lleva "su música" a volumen alto, incomodando el viaje de los usuarios de la unidad, o simplemente usa sus audífonos mientras conduce.
El define si se droga minutos antes de tomar el volante del bus o lo hace después de su jornada laboral.
El define si respeta las señales de tránsito y las indicaciones de la policía y las leyes de tránsito, o simplemente hace lo que quiere en la jungla de asfalto.
El define si es cortés y educado con el usuario, al momento del abordaje y el descenso.
En fin, casi todo está en sus manos. Y sino, pregúntese, ¿de qué sirve viajar en un bus 2012, conducido por un orangután?.
Pronto contaré con un móvil con cámara, para documentar mejor entradas como ésta.
Por el momento, hasta acá la dejo.
Se ha escrito,
Paz.
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