Supuestamente es de uno...

"...pero ahora, vamos 3".
Una sonrisa y el sentimiento de satisfacción.

El destino: Chalatenango. La unidad llena. Todos sus asientos ocupados. La velocidad prudente, las "paradas" ilegales. ¿Mala Costumbre-Comodidad?. Escasez de orden, creería. Usted tendrá su opinión.
En el asiento para 1, ibamos 3. El tercero, sin nombre, sin partida y todavía en el vientre de su madre.
76 kilómetros, 2 horas de viaje. No, no es culpa de la velocidad. Todavía dudo si se debe a los constantes altos de la unidad.
Se puede ir con los ojos cerrados y saber cuando se llega a Aguillares. ¿Cómo?. Simple, el bullicio de los vendedores. Mango verde, piña, sandía, jocotes, tostadas de plátano, pupusas, tortas "díadolar", semilla de marañón, ¿qué se la antoja? Pídalo, de seguro lo llevan.
Una ruta "renteada" y el paso obligado sobre la Troncal del Norte por Ciudad Delgado y Apopa, aderezan la paz interior de cualquiera. Portar pocas cosas de valor, puede ayudar, pero, dependerá del humor del delincuente. Triste.
160 kilómetros, ida y vuelta, 12$ de combustible. Algunos, por ahorro, conveniencia o necesidad, prefieren dar los 2$. Se arriesga la vida. Los accidentes de tránsito asustan, pero puede más la necesidad material y el compromiso laboral. Ni modo. Así toca.
Me inquieta el estado de algunas unidades del transporte interdepartamental. Al "saturarlas", la situación empeora y el número de vidas en riesgo, obviamente, aumenta. Menos mal se les prohibió "topar" de usuarios las unidades.
Sin duda, un problema de conciencia y cultura. ¡Hasta cuándo!.
Esta entrada debí escribirla la semana pasada. Le debo tanto a este blog. Haré mi tarea en estos días.

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