¿Derogar la Ley de Amnistia?

Y eso, como para qué. Para ¿Abrir heridas, ponerles agua oxigenada o alcohol 90?. No, eso no ayudará en nada. Sobre todo, ahora, que el paso del tiempo nos deja claro que no somos eternos en esta vida y que los protagonistas de esa escena histórica, poco a poco, fallecen.
Ollanta Humala decía uno de estos días no estar de acuerdo con la idea que alguien muera en la carcel. Bueno, es cuestión de visiones, hay quienes defienden a capa y espada la pena capital. Sí, esa que puede ser aplicada a un "jovencito" de 30 años. Insisto, cuestión de apreciaciones.
El Maestro es recordado en el evangelio de este día con las siguientes palabras:

Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

Dicen que PERDON no es igual a OLVIDO. Bueno, cada quién ¿no?. De seguro, los familiares de las víctimas de tanta muerte durante la guerra civil PREFIEREN, entre otras cosas, el reconocimiento de la autoría y la indemnización civil. Sin duda, una forma distinta de hacer las cosas.
Hey, Don Félix, véngase de nuevo al país con sus empresas y dele trabajo a tanta gente que lo necesita. Pague con justicia y, paralelamente, reconozca su error. Esto va también para todos aquellos políticos de izquierda que tienen la marca de la sangre y el plomo en sus manos.
Esos miedos por la derogatoria de dicha Ley me tienen hasta la madre. Pónganse serios y hagan su trabajo ¡YA!.
Mientras sigan con los rencores de niños de segundo ciclo, la historia seguirá en pausa, o en estado de coma, como bien lo ilustraba Creo, dirigida por usted, señorita bella.

Se ha escrito,
Paz.