#EleFANS...
Este es el Hábitat que debió tener Manyula
A 2 días del fallecimiento por causas "naturales" de la elefanta Manyula, una buena parte de la población salvadoreña ha mostrado su consternación ante tal hecho. El llanto, el recuerdo, la nostalgia, y hasta el canto de mariachi, se hicieron presentes ayer en la despedida a la paquiderma. Un evento, sin duda, con muchas "aristas" para su análisis.
No me dedicaré a describirlas todas, no, no es esa mi intención en este momento, solo me detendré a "analizar" 2 de éstas: El amor del Ser Humano hacia los animales y las Circunstancias Socio-Económicas de nuestro país para mantener un Parque Zoológico.
El primero, bueno, tengo TANTO que decir al respecto, ni sé por dónde empezar. En mi vida, mascotas propias solo han sido 2, un par de pericos, en distintas etapas de mi infancia. Con uno, jugaba en la tardes, hasta que llegó el triste día en el que "divirtiéndome" con el ave, la dejé atrapada entre 2 huacales y me fuí. En minutos, murió.
Mi progenitor es Médico Veterinario, de él no "heredé" ni la inclinación por la carrera, ni por los animales, MENOS, domesticados. Ahora bien, que no se traduzca eso como ODIO a los animales. La verdad, mi posición sobre éstos es la misma que, inteligentemente, definió la naturaleza: Dominio y Preservación.
Amo el orden, en mi "hábitat íntimo" debe existir. El animal "malcriado" es piedra de tropiezo, difícil convivir con éste. Por otro lado, sigo pensando que cada "creatura" de la naturaleza debe ocupar el espacio que le corresponde, en este planeta. No concibo, por ejemplo, la idea de ver a un oso polar en el desierto del Sahara, o a un camello recorriendo las tierras en Alaska.
Sobre los animales "domesticados", bueno, hay quienes les regalan, compran o heredan a sus mascotas. Sea como sea, el animal llega hasta sus casas y pasa a ser "activo fijo" del hogar. Sus dueños, al principio, "dan su reino", alimentándolos y mimándolos, a cada momento, situación que facilita al "animalito" la identificación de su "amo y señor", determinando así, a quién deberá respeto y estima. Y para ser acreedor de esto, no basta poner el concentrado y el aguita en el huacal, se quiera aceptar o no, el animal asimila, a su manera, las intenciones de las personas a su alrededor.
Algunos, erróneamente, buscan sustituir el amor no recibido de parte de un familiar (caso conocido hace unos años), otros, aprovechándose de la "indefensión" de su mascota, equivocadamente lo convierten en un títere, para agradar y satisfacer deseos raros y egoistas. Tampoco estoy de acuerdo con aquellos que tienen un animal, en casa, por moda (chihuahuas, chitzus y demás de esa clase) o extrema lástima, dándole de comer puras sobras y castigándole casi a diario. Mal.
Y paro de divagar, porque se pierde el hilo, ¿no?. Concluyo, el amor hacia los animales es BIEN particular, cada persona le dará sus matices. Yo, respeto, por pura armonía y sana convivencia humana. Mi actual compañera de vida "adora" a los perritos, el espacio del Apto. no nos permite tener uno, por el momento, sin embargo, la esperanza por contar una vez más con su mascota favorita, no la pierde.
Sobre el segundo tema, ¡bueno!, en las Redes Sociales se ha dicho tanto, en los blogs, ni se diga, se piden cabezas, se critica mucho la labor del gobierno, de las autoridades de nuestro Parque Zoológico, ¡Jue!, de todo mundo. La idea es señalar culpables, y, muchos, se lavan las manos o se aprovechan de la situación, políticamente. #Fail.
Gracias a Dios, entre insultos, difamaciones e injurias, sobresalen sugerencias prácticas e innovadoras, como la que escuché esta mañana en una Entrevista Matutina televisada, donde se planteaba la idea de "crear" un Centro de Preservación de Fauna Salvadoreña, en peligro de extinción. Eso SÍ vale la pena tomar en cuenta, ¿no creen?
Manyula debió quedarse en la India, aparearse y tener crias. Debió correr en las praderas, beber agua sin cloro y subirse a las telas de araña que le hubiese pegado su regalada gana. En cautiverio, el animal silvestre sobrevive, luchando día a día, malacostumbrándose a esa pequeña área que se asigna, egoistamente, como su nuevo hábitat. Triste, pero real.
Cantinflas, junto a "shaba", su ahijado, en una de sus tantas películas, aparece alimentando a un "changuito". Aquel que capta el verdadero mensaje, más allá de las risas, merece mi respeto. Síganle tirándole "churros" a los pocos monos que han quedado en el parque, los entierros continuarán.
Para cerrar, me quedo con la frase del Director del Zoológico:
"Ahora, ya es libre..." Sr. Miranda
Vida y Libertad, sin la segunda difícil que existe la primera.
Se ha escrito,
Paz.
PD: Doy el crédito del título de esta entrada a @haroldcaceres, o quién se haya inventado el "jashtag".

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