"Aprendé a robar, bicho..."
Esta entrada debió ser otro "Corto de Colectivo", o parte del "Mundo RARC", no sé, me queda la duda...Pero bien, debo redactarla, asi que, voy ahí:
Nuestro superhéroe cumplía con "su deber" en el anexo de la PGR, eran casi las 4 de la tarde, el movimiento de humanos en las calles "internas" del Centro de Gobierno era el mismo que el de las 8 de la mañana, solo que esta vez los empleados públicos iban de "salida", cada uno hacia su destino, o en pareja, como los empleados del ISSS de la "ciudadela" de la Montserrat, quienes "disimuladamente" recorrieron laaaargos 100 Mts en vehículo, desde su lugar de trabajo, para ingresar al motel "menos obvio" y MÁS cercano de su centro de labores. (#MateriaGrisNecesaria). Sí, hablo del caso del Colonial. Triste, por cierto. u.u
Él sigue su "destino", busca la Juan Pablo II, el clima le favorece, su paraguas le acompaña pero no requiere de su uso, anda papel moneda en su cartera, sí, de ese que imprimen los gringos allá en el Norte del continente, debe hacer unos pagos y su opción de "caja" más cercana es: Metrocentro.
Por ello, buscando "ahorrar" suela de zapato, casi fuera de libreto, aborda una 29-A, él quería bajarse cerca y así fue. Pero, antes, la "trabazón" de las 4 pm, en la alameda más larga de la ciudad capital, haría estragos en la paciencia del "Enviado Celestial", hasta que se fijó en lo que sucedía en los asientos cercanos al motorista.
Resulta que un ciudadano salvadoreño, su edad no pasaba de los 40, la ausencia de "ducha" se manifestaba en el color de su piel y en su "olor", nada extraño que la noche anterior la haya pasado en la calle, bebiendo, sus ojos delataban tal situación. Y, de pronto, inició conversación en voz alta, sí, se le oía hasta atrás, más de alguno dijo: "Ya nos puso", nuestro héroe se mantenía vigilante, observando cada movimiento y escuchando cada palabra del ocupante bullicioso de la unidad de transporte público.
La plática duró más de 8 minutos, parecía que su oyente lo hacía por "obligación", al responderle, no lo hacía con más de 2 palabras, 3 a lo sumo, el control lo tenía aquel que alzaba la voz inquietando a la mayoría de los usuarios del servicio público; de pronto, llevó sus manos a las bolsas del pantalón, ¿buscaba su arma?, no, solo se cercioró de cuánto portaba: 27 dólares. La paz llegó al alma de varios compatriotas dentro de aquel bus que cruzaba frente al Ministerio de Educación.
Dato curioso, el tipo contó una anécdota, él, su esposa y su hijo, caminando en las calles del Centro Histórico, se toparon con otro transeunte y se dio el siguiente diálogo:
- Hey, dame todo lo que andás...
Nuestro "oloroso" amigo, sacó una navaja y se la introdujo en el costado, manifestando el ladrón "sorprendido":
- ¡Tranquilo! men.
- ¡Tranquilo y con puyón camilo!, sabés qué, aprendé a robar...
¡Jue!, le voy a preguntar a @eachevez si existe el libro con el título "Asaltos en la calle para Dummies". ¡Ah!, y eso sí, los cien años de perdón no se los quita nadie #Sarcasmo.
Se ha escrito,
Paz.
PD: Por favor, cuando no se bañe, absténgase de abordar los buses y microbuses que circulan en S.S. Evite molestias y náuseas.
Nuestro superhéroe cumplía con "su deber" en el anexo de la PGR, eran casi las 4 de la tarde, el movimiento de humanos en las calles "internas" del Centro de Gobierno era el mismo que el de las 8 de la mañana, solo que esta vez los empleados públicos iban de "salida", cada uno hacia su destino, o en pareja, como los empleados del ISSS de la "ciudadela" de la Montserrat, quienes "disimuladamente" recorrieron laaaargos 100 Mts en vehículo, desde su lugar de trabajo, para ingresar al motel "menos obvio" y MÁS cercano de su centro de labores. (#MateriaGrisNecesaria). Sí, hablo del caso del Colonial. Triste, por cierto. u.u
Él sigue su "destino", busca la Juan Pablo II, el clima le favorece, su paraguas le acompaña pero no requiere de su uso, anda papel moneda en su cartera, sí, de ese que imprimen los gringos allá en el Norte del continente, debe hacer unos pagos y su opción de "caja" más cercana es: Metrocentro.
Por ello, buscando "ahorrar" suela de zapato, casi fuera de libreto, aborda una 29-A, él quería bajarse cerca y así fue. Pero, antes, la "trabazón" de las 4 pm, en la alameda más larga de la ciudad capital, haría estragos en la paciencia del "Enviado Celestial", hasta que se fijó en lo que sucedía en los asientos cercanos al motorista.
Resulta que un ciudadano salvadoreño, su edad no pasaba de los 40, la ausencia de "ducha" se manifestaba en el color de su piel y en su "olor", nada extraño que la noche anterior la haya pasado en la calle, bebiendo, sus ojos delataban tal situación. Y, de pronto, inició conversación en voz alta, sí, se le oía hasta atrás, más de alguno dijo: "Ya nos puso", nuestro héroe se mantenía vigilante, observando cada movimiento y escuchando cada palabra del ocupante bullicioso de la unidad de transporte público.
La plática duró más de 8 minutos, parecía que su oyente lo hacía por "obligación", al responderle, no lo hacía con más de 2 palabras, 3 a lo sumo, el control lo tenía aquel que alzaba la voz inquietando a la mayoría de los usuarios del servicio público; de pronto, llevó sus manos a las bolsas del pantalón, ¿buscaba su arma?, no, solo se cercioró de cuánto portaba: 27 dólares. La paz llegó al alma de varios compatriotas dentro de aquel bus que cruzaba frente al Ministerio de Educación.
Dato curioso, el tipo contó una anécdota, él, su esposa y su hijo, caminando en las calles del Centro Histórico, se toparon con otro transeunte y se dio el siguiente diálogo:
- Hey, dame todo lo que andás...
Nuestro "oloroso" amigo, sacó una navaja y se la introdujo en el costado, manifestando el ladrón "sorprendido":
- ¡Tranquilo! men.
- ¡Tranquilo y con puyón camilo!, sabés qué, aprendé a robar...
¡Jue!, le voy a preguntar a @eachevez si existe el libro con el título "Asaltos en la calle para Dummies". ¡Ah!, y eso sí, los cien años de perdón no se los quita nadie #Sarcasmo.
Se ha escrito,
Paz.
PD: Por favor, cuando no se bañe, absténgase de abordar los buses y microbuses que circulan en S.S. Evite molestias y náuseas.
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