¿Se repite la historia?... ¿Como pasó en "Macondo"?

"Cien años de soledad", la obra del colombiano Gabriel García Márquez es, para mí, uno de esos libros que, al igual que otros, se "desperdicia" su lectura si se hace antes de los 18 años. ¿Por qué?, simple, por su "mensaje". Sin duda, se requiere no solo de un título de bachiller para comprender con exactitud lo que don Gabriel quiso darnos a entender con éste.

Bueno, hace 1 semana, transportándome en un vehículo "todoterreno", prestado, visité el municipio de Mercedes Umaña, departamento de Usulután. El motivo: 15 años de vida de un "cuasi-sobrino", tocayo, por cierto.

La celebraciones de este tipo, en el área rural, siempre han llamado mi atención. Cualquiera podría afirmar que usar un vestido "pomposo", o un par de zapatos nuevos, bien lustrados, en medio de animales de granja, árboles frutales, sembradíos y el mismo "piso" de tierra (no es este el caso en el que participé), se vuelve incómodo y quizás innecesario, pero, ¡ojo!, las costumbres sociales no "respetan" situación geografica. Esto y más, no dejan de ponerle emoción a los eventos.

Ahora, alguien se preguntará, ajá ¿y el título de la entrada?. Sí, pido disculpas, una vez más divagando, suelo hacer esa clase de introducciones cuando entro a tratar "cositas", como la siguiente...

Hace algunos días, escribí un poco sobre la "semilla mejorada", ésta que en el 2010 ha tomado "protagonismo", si recuerdan, el ex-ministro de agricultura y ganadería "renunció", de acuerdo a algunos medios informativos del país, por estar en desacuerdo, entre otras cosas, con la repartición y entrega de esta semilla.

Hablando con el "Jefe" del hogar, agricultor de la zona, me manifestaba que a la hora de repartir la semilla en dicho lugar, las "autoridades" o personas encargadas de hacerlo. NO tienen el cuidado de hacerlo por cuestión de "méritos", lanzando "a la garduña" tanta semilla que, como las del parábola del Sembrador, caen entre piedras o en la calle, entregándoselas a personas que NUNCA han sembrado, o que no lo hacen como medio de subsistencia. Lástima.

No se extrañen, autoridades del Gobierno de El Salvador, que meses después de su "entrega", ya "trasegados" en otros sacos, esta semilla se VENDA a quiénes realmente dejan su esfuerzo en las parcelas agrícolas, por 1/4 de su costo real. Por cierto, ¿a cómo le saldrá cada bolsita de éstas al GOES?...



Me llama la atención ese par de apellidos impresos en la bolsa. ¿Les recuerda a alguien?. Se alcanza a leer la nota "Prohibida su Venta", orden administrativa que de poco sirve frente a la necesidad de unos y el "oportunismo" de otros. Triste, pero real.

Atrás, en color amarillo o verde "resaltante", se describe otra nota que pretende dejar claro que esta semilla NO debe consumirse, ni siquiera por los animales. Y si el agricultor no sabe leer (como pasa en muchos de este país, desgraciadamente), está impresa una calavera del mismo color, que busca hacer hincapié en la nota.

Tuve la oportunidad de tocar la famosa semilla, a simple vista parece inofensiva, aunque su olor hace pensar 2 veces hasta su tratamiento, por ello, bien lavadas las manos después, ¡chis!, más vale prevenir que lamentar, ¿no creen?

"Dekalb" y "Cristiani Burkard" son 2 de las marcas más "famosas" de semilla en el mercado agrícola de este país, sino me equivoco. Pero, le pregunto a los Ing. Agrónomos, ¿qué tan complicado es "elaborar" una semilla como ésta?, digo, producirla a gran escala, sin duda, ha de ser un problema de recursos financieros grande, pero, ¿de conocimiento?, la verdad, no lo creo. Ahora, mientras nos surjan más opciones de oferta, el "monopolio" en la adquisición gubernamental de estos insumos, seguirá repitiéndonos la misma historia..., ¿se podrá hacer algo?, creo que sí.

Mientras tanto, "sigámosle" engordando la cartera a don Alfredo.

Se ha escrito,
Paz.

PD: Ojalá no me "hackeen" el blogcito, como se dijo acá.