"...no necesito estar rodeada de gente hipócrita" SJGG

Las relaciones intepersonales son, para muchos (mas bien, para todos), el "pan de cada día". CLARO, ¿quién puede negarlo?, a diario requerimos de entrar en contacto con las personas que nos rodean, de cerca o a lejanas distancias, ¡total!, hoy en día el internet te permite entablar comunicación inmediata entre 2 o más personas que se encuentran a varios miles de kilómetros de distancia, sin muchos inconvenientes. Grande, la tecnología.
Por naturaleza, el ser humano tiende a "socializar" (este término quizás no sea el más grato). Por muchas razones, depende de ese vínculo con los demás, desde la familia, primer grupo social de interacción para toda persona, hasta la totalidad de la población de un país. Con el primero, se dan y comparten los elementos básicos de la vida y desarrollo del individuo; con el segundo simplemente se interactua, quiérase o no, compartiendo detalles como la nacionalidad, el territorio y el gobierno, entre otros. La familia nos ofrece amor, cobijo y educación fundamental. La población sus reglas, principios de comportamiento, oportunidades de superación fuera del hogar. Así de simple y escueto (también hay otros elementos).
Bueno, lo anterior está claro (digo, ¿verdad?), pero, ¿por qué esta introducción?. Simple, en esta ocasión pretendo hablar, con las limitantes particulares que me acompañan, sobre la SOCIEDAD SALVADOREÑA, y para no "generalizar" tanto, me detendré a "analizar" el tema HIPOCRESIA, definido según la Real Academia Española como "Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan". Empiezo.
El Salvador, un país que forma parte del bloque "América Latina", con menos de 21 mil kilómetros cuadrados y más de 5 millones de habitantes (casi 240 personas por kilómetro cuadrado), presenta una población que, por ratos, se comporta como "cangrejos adentro de un balde sin agua", intentando salir del mismo, sin tener suerte, por la "zancadilla" de unos con otros (un saludo a @marc_elo, lo leí en su blog). ¿Cierto o falso? Lo dejo a su reflexión.
Han oido decir "él es creído" o, talvez "dejalo, por egocéntrico", refiriéndose a aquella persona que "por un amor desmedido hacia su persona", decide tener un comportamiento frente a los demás, parecido al de un narcisista. PERO, ojo, no confundamos los términos. El "narcisismo" se refiere a la "Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras". Por otra parte, el "egocentrismo" es "La exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales". ¡JUE!, ojalá no los haya confundido con tanta definición.
Ahora, ¿qué pasa entre nosotros?, ¿narcisismo, egocentrismo...O hipocresía?. Aquel que se sabe capaz, consciente y preparado para desarrollarse dentro de la sociedad de un modo tal, que simplemente expone sus habilidades y destrezas con naturalidad e individualidad, sin alardeos ni excesos de complacencia, diría que hace bien, ¿no?. Lo triste se dá cuando esta persona intenta "salir del balde", en cualquier ámbito de la sociedad, y los que le rodean obstaculizan o impiden que lo lleve a cabo, ¿no creen?. El que "llama la atención", sin querer hacerlo, a base de conocimiento, destreza, disciplina, orden y rectitud, entre otras cualidades de su personalidad, no actua equivocadamente, si hay exaltación exagerda de esta última, sí. ¿Me habré dado a entender?.
Hace unos días, en twitter, decía: ¿será que solo en el gremio de abogados hay tanto resentimiento e hipocresía entre colegas?. El tuit fue contestado, algunos mencionaron también a los médicos, los publicistas e ingenieros, hubo alguien que se fue más allá y habló de "los salvadoreños", otro de "los latinoamericanos", aduciendo que se trata de un "problema" que afecta a estos grupos, ¿será?. Sigo triste al ver cómo alguien dentro de la PGR se tomó "la molestia" de dibujar lentes, "cachos", bigote y barba, hasta escribir el "666", en la fotografía de candidatos a concejales del CNJ. Lamentable. Me sentí en el colegio después de casi 11 años de salida.
Concluyendo, afirmo: "el que sabe, que se divierta, el que no, que aprenda". No se deje llevar por comentarios sobre el "creído" del grupo, a lo mejor, ese que se lo dice además de hipócrita es envidioso. Tómese la tarea de conocer MUY BIEN a las personas con las que externa confianza, de tal forma que pueda adelantarse al puñal que querrá tocar su espalda. Dicen que "la envida es peor que el hambre", ¿qué dice usted?. Sigo pensando que existe la "codicia de sentimientos" (y también de emociones), para muchos, ver sobresalir a alguien se vuelve un trago amargo, más, cuando se trata de "sentimientos y emociones de pareja", el impacto de un cruce de miradas entre enamorados, para algunos, puede ser igual o mayor al de una bala.
La frase de esta entrada se la escuché a alguien MUY especial en esta vida, para mí, ella sabe las razones que le motivaron a expresarla (y yo también), gracias a Dios, pronto no habrá espacio ni tiempo para éstas. Mientras tanto, preparando la artillería para los nuevos horizontes, mismos que deberán aprovechar y agradecer MÁS el talento humano evidente.
Se ha escrito,
Paz.
RARC
Por naturaleza, el ser humano tiende a "socializar" (este término quizás no sea el más grato). Por muchas razones, depende de ese vínculo con los demás, desde la familia, primer grupo social de interacción para toda persona, hasta la totalidad de la población de un país. Con el primero, se dan y comparten los elementos básicos de la vida y desarrollo del individuo; con el segundo simplemente se interactua, quiérase o no, compartiendo detalles como la nacionalidad, el territorio y el gobierno, entre otros. La familia nos ofrece amor, cobijo y educación fundamental. La población sus reglas, principios de comportamiento, oportunidades de superación fuera del hogar. Así de simple y escueto (también hay otros elementos).
Bueno, lo anterior está claro (digo, ¿verdad?), pero, ¿por qué esta introducción?. Simple, en esta ocasión pretendo hablar, con las limitantes particulares que me acompañan, sobre la SOCIEDAD SALVADOREÑA, y para no "generalizar" tanto, me detendré a "analizar" el tema HIPOCRESIA, definido según la Real Academia Española como "Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan". Empiezo.
El Salvador, un país que forma parte del bloque "América Latina", con menos de 21 mil kilómetros cuadrados y más de 5 millones de habitantes (casi 240 personas por kilómetro cuadrado), presenta una población que, por ratos, se comporta como "cangrejos adentro de un balde sin agua", intentando salir del mismo, sin tener suerte, por la "zancadilla" de unos con otros (un saludo a @marc_elo, lo leí en su blog). ¿Cierto o falso? Lo dejo a su reflexión.
Han oido decir "él es creído" o, talvez "dejalo, por egocéntrico", refiriéndose a aquella persona que "por un amor desmedido hacia su persona", decide tener un comportamiento frente a los demás, parecido al de un narcisista. PERO, ojo, no confundamos los términos. El "narcisismo" se refiere a la "Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras". Por otra parte, el "egocentrismo" es "La exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales". ¡JUE!, ojalá no los haya confundido con tanta definición.
Ahora, ¿qué pasa entre nosotros?, ¿narcisismo, egocentrismo...O hipocresía?. Aquel que se sabe capaz, consciente y preparado para desarrollarse dentro de la sociedad de un modo tal, que simplemente expone sus habilidades y destrezas con naturalidad e individualidad, sin alardeos ni excesos de complacencia, diría que hace bien, ¿no?. Lo triste se dá cuando esta persona intenta "salir del balde", en cualquier ámbito de la sociedad, y los que le rodean obstaculizan o impiden que lo lleve a cabo, ¿no creen?. El que "llama la atención", sin querer hacerlo, a base de conocimiento, destreza, disciplina, orden y rectitud, entre otras cualidades de su personalidad, no actua equivocadamente, si hay exaltación exagerda de esta última, sí. ¿Me habré dado a entender?.
Hace unos días, en twitter, decía: ¿será que solo en el gremio de abogados hay tanto resentimiento e hipocresía entre colegas?. El tuit fue contestado, algunos mencionaron también a los médicos, los publicistas e ingenieros, hubo alguien que se fue más allá y habló de "los salvadoreños", otro de "los latinoamericanos", aduciendo que se trata de un "problema" que afecta a estos grupos, ¿será?. Sigo triste al ver cómo alguien dentro de la PGR se tomó "la molestia" de dibujar lentes, "cachos", bigote y barba, hasta escribir el "666", en la fotografía de candidatos a concejales del CNJ. Lamentable. Me sentí en el colegio después de casi 11 años de salida.
Concluyendo, afirmo: "el que sabe, que se divierta, el que no, que aprenda". No se deje llevar por comentarios sobre el "creído" del grupo, a lo mejor, ese que se lo dice además de hipócrita es envidioso. Tómese la tarea de conocer MUY BIEN a las personas con las que externa confianza, de tal forma que pueda adelantarse al puñal que querrá tocar su espalda. Dicen que "la envida es peor que el hambre", ¿qué dice usted?. Sigo pensando que existe la "codicia de sentimientos" (y también de emociones), para muchos, ver sobresalir a alguien se vuelve un trago amargo, más, cuando se trata de "sentimientos y emociones de pareja", el impacto de un cruce de miradas entre enamorados, para algunos, puede ser igual o mayor al de una bala.
La frase de esta entrada se la escuché a alguien MUY especial en esta vida, para mí, ella sabe las razones que le motivaron a expresarla (y yo también), gracias a Dios, pronto no habrá espacio ni tiempo para éstas. Mientras tanto, preparando la artillería para los nuevos horizontes, mismos que deberán aprovechar y agradecer MÁS el talento humano evidente.
Se ha escrito,
Paz.
RARC
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