Esta va hasta con chonguita...
Como diría Tego Calderón: "Pa que se lo gocen...",
Una entrada, con chile, salsa inglesa, limón y sal,
agréguele lo que usted guste, a su manera, sin pena,
en esta ocasión, os digo que esta va para:
Aquel que leyó "El Alejandrino" (Sí, el "Amor, Cobardía y Azúcar"),
y decidió declarar la guerra, a diestra y siniestra.
Pues, señores, lo siento, conmigo: Se equivocaron.
Asi que: Para aquel del aparatito en la sala,
el que metió los papelitos en la cajita "mágica",
el que hizo que mis padres se preocuparan más de la cuenta,
el mismo que facilitó el que me acercara a los médicos que NUNCA requerí,
los que cantaron y dijeron una de cosas en Hora Santa (Pena ajena por ustedes),
el mismo que esa noche se llevó dentro de una bolsa con agua la florcita colocada en el altar,
aquellos que me siguieron hasta la Clínica Parroquial "Corazón de María"
y aquella mañana, se confundieron de paciente (o de carrera),
a aquellos que se presentaron minutos después en aquel lugar de sillones oscuros,
el mismo de las bolitas extrañas, los sonidos raros y los ademanes expresivos,
o aquel que no se quiso bajar del automovil, mantuvo encendidas las luces,
y no quiso jugar futbol...
A ustedes, con cariño, les digo: Acá estoy, ¿podrán?
NO LO CREO.
Y les dedico ésta, como diría Residente: "bien bien mongo"...
Una entrada, con chile, salsa inglesa, limón y sal,
agréguele lo que usted guste, a su manera, sin pena,
en esta ocasión, os digo que esta va para:
Aquel que leyó "El Alejandrino" (Sí, el "Amor, Cobardía y Azúcar"),
y decidió declarar la guerra, a diestra y siniestra.
Pues, señores, lo siento, conmigo: Se equivocaron.
Asi que: Para aquel del aparatito en la sala,
el que metió los papelitos en la cajita "mágica",
el que hizo que mis padres se preocuparan más de la cuenta,
el mismo que facilitó el que me acercara a los médicos que NUNCA requerí,
los que cantaron y dijeron una de cosas en Hora Santa (Pena ajena por ustedes),
el mismo que esa noche se llevó dentro de una bolsa con agua la florcita colocada en el altar,
aquellos que me siguieron hasta la Clínica Parroquial "Corazón de María"
y aquella mañana, se confundieron de paciente (o de carrera),
a aquellos que se presentaron minutos después en aquel lugar de sillones oscuros,
el mismo de las bolitas extrañas, los sonidos raros y los ademanes expresivos,
o aquel que no se quiso bajar del automovil, mantuvo encendidas las luces,
y no quiso jugar futbol...
A ustedes, con cariño, les digo: Acá estoy, ¿podrán?
NO LO CREO.
Y les dedico ésta, como diría Residente: "bien bien mongo"...
Se ha escrito,
le duela a quien le duela.
Paz.
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