"Zapatero a tus zapatos"...y "Arq. a...
Esta frase "célebre", tan trillada, talvez, pero a la vez tan práctica, en más de una ocasión sé que la han escuchado, y, quizás, hasta utilizado...
Hace algunos días, no recuerdo con exactitud en este momento, sentado junto a la Licda. Laínez, Abogada y Notaria, y al Arq. Erazo, alrededor de "la mesa de la cumbre" (mesa para reuniones utilizada en la oficina, llamada así porque siempre se creyó que había llegado a parar hasta ese lugar, después de haber sido utilizada por los Jefes de Estado que se reunieron en el país, hace un par de años, creo)...Discutíamos aspectos relacionados con el trámite de "legalización" del Complejo Habitacional "Lara" (no dejaré de llamarle así, aunque la autoridad correspondiente, a.k.a. OPAMSS, confirmó el hecho que deberá constituirse jurídicamente como "Condominio Lara", ¡bue!), y como tratabamos detalles técnicos de diseño, construcción y arquitectura de la edificación del lugar, contamos con el aporte del profesional vinculado a la materia...
Hasta ahí, todo bien, se podría decir, el problema se dió cuando se quiso mezclar el "rapidografh" (no sé si se escribe así), con el Decreto Legislativo que regula y determina el "camino a seguir" en este clase de casos: Grave error.
Por ello, me inclino a la opinión que debe de haber un respeto de una profesión a otra, guardando silencio cuando se debe de hacer, sabiendo escuchar a quién realmente maneja el dato (o al menos lo asimila e interpreta mejor, pues) y evitando opinar cuando se desconoce por completo el "teje y maneje" de aspectos tan básicos de una u otra profesión, digo, para no hacer el ridículo mencionando palabras como "Sub-escritura" (wtf!).
Asi que, concluyendo, "zapatero a tus zapatos", "Arquitecto a tus planos", "Abogado a tus leyes y documentos", "Doctor a tu paciente", "Ingeniero a tu obra" y así, cada quien a cada cual, según corresponda...
Probablemente se puede llegar a tener conocimiento de una y otra rama, PERO, a veces, como dice otro dicho: "Calladito se ve más bonito", jaja, en buena onda, Arq., sé que no leerá esto, pero, que quede constancia, para no tropezar otra vez en la misma piedra.
Se ha escrito,
PAZ.
Hace algunos días, no recuerdo con exactitud en este momento, sentado junto a la Licda. Laínez, Abogada y Notaria, y al Arq. Erazo, alrededor de "la mesa de la cumbre" (mesa para reuniones utilizada en la oficina, llamada así porque siempre se creyó que había llegado a parar hasta ese lugar, después de haber sido utilizada por los Jefes de Estado que se reunieron en el país, hace un par de años, creo)...Discutíamos aspectos relacionados con el trámite de "legalización" del Complejo Habitacional "Lara" (no dejaré de llamarle así, aunque la autoridad correspondiente, a.k.a. OPAMSS, confirmó el hecho que deberá constituirse jurídicamente como "Condominio Lara", ¡bue!), y como tratabamos detalles técnicos de diseño, construcción y arquitectura de la edificación del lugar, contamos con el aporte del profesional vinculado a la materia...
Hasta ahí, todo bien, se podría decir, el problema se dió cuando se quiso mezclar el "rapidografh" (no sé si se escribe así), con el Decreto Legislativo que regula y determina el "camino a seguir" en este clase de casos: Grave error.
Por ello, me inclino a la opinión que debe de haber un respeto de una profesión a otra, guardando silencio cuando se debe de hacer, sabiendo escuchar a quién realmente maneja el dato (o al menos lo asimila e interpreta mejor, pues) y evitando opinar cuando se desconoce por completo el "teje y maneje" de aspectos tan básicos de una u otra profesión, digo, para no hacer el ridículo mencionando palabras como "Sub-escritura" (wtf!).
Asi que, concluyendo, "zapatero a tus zapatos", "Arquitecto a tus planos", "Abogado a tus leyes y documentos", "Doctor a tu paciente", "Ingeniero a tu obra" y así, cada quien a cada cual, según corresponda...
Probablemente se puede llegar a tener conocimiento de una y otra rama, PERO, a veces, como dice otro dicho: "Calladito se ve más bonito", jaja, en buena onda, Arq., sé que no leerá esto, pero, que quede constancia, para no tropezar otra vez en la misma piedra.
Se ha escrito,
PAZ.
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