Y si usted NO cree, TRANQUILO, no importa..., yo sí...

Viene la suerte..., mi ex-único jefe creo que NUNCA creyó en ella, él me decía que los resultados no eran consecuencia de la suerte sino del rendimiento y la actitud del trabajador frente a la actividad cotidiana..., bueno, en parte, no dejaba de tener cierta razón..., pero, en mi ignorante e inocente creencia, le sigo dando ese pétalo al trébol y afirmo, con seguridad: ¡Vaya Suerte, esta es la entrada 777! (aunque por cuestiones de orden, esta es la 778, jaja, pero intenté que fuera la anterior, ¡pero bue!)

Aprovecho el espacio para agradecer, (sí, es necesario hacerlo de vez en cuando) por la suerte de:

Haber nacido en este país...
Ser parte de esta familia...
Haber sido formado por los Maristas...
Haber pasado parte de mi niñez en el Condominio San José de la Montaña...
Haber conocido el significado de la amistad y del compañerismo...
Haber amado a una mujer, de tal manera, que solo Dios sabe lo que hice y dejé de hacer por ella...
Ser lo que soy, profesionalmente, a pesar de los nuevos gustos e intenciones académicas...
Haber escuchado como alumno al P. José María Tojeira, al Dr. Enrique Argumedo y Mauro Bernal Silva, al Lic. Sidney Blanco, William Calderón, Guillermo Parada, Henry Campos, Aldo Cader, Godofredo Salazar, entre otros, parte de los catedráticos en mi laaaargo pasado académico..., algunos, por méritos propios, abogados reconocidos del país.
Haber sentido el cuidado y el amor de un Ser Supremo aquel 25 ó 26 de Febrero de este año.
Tener la oportunidad de escribir en este espacio virtual...

Podría ser una lista MUY larga, bastaría hacer memoria, PERO, en esta oportunidad, la dejaré así..., tengo sueño y mucho que hacer..., hay detalles que prefiero NO mencionar, porque se me pueden salar..., y si hay SUERTE, también hay SALAZÓN, jajaja, sino, pregúntenlen a don Christian Villalta y al mismo Nicolás Muñoz, jejejeje.

Hey, he escrito.
Poco, la verdad,
quedo en deuda,
Paz.